Se ha cumplido con los objetivos y el calendario
Nicolás Vigo | Desafiando a la pandemia y a la crisis política que vive el Perú, el presidente de ARCORES ha hecho la entrega de alimentos a los padres de los niños apadrinados, el sábado 14 de noviembre, ya que los pobres no pueden esperar.
Por ello, tomando en cuenta el protocolo anti COVID, los voluntarios ayudaron a los religiosos se la comunidad Santa Mónica a organizar a los padres de niños apadrinados.
Así lo cuenta, el presidente de ARCORES, fray Ángel Herrán: «Tal y como estaba previsto desde mediados de noviembre del año pasado, hemos entregado los alimentos a los niños apadrinados los días: sábado,14 y domingo, 15 de noviembre, con algunas pequeñas novedades».
Sobre las novedades, Herrán Palacios, manifiesta: «Una de ellas ha sido la elaboración de la tarjeta de Navidad, que, en días pasados, habían recogido y llenado en sus casas. Los niños y padres han ocupado las cuatro mesas y algunas bancas dispuestas para ese servicio», detalla.
Pero la novedad no solo ha sido la tarjeta navideña, sino la oración: «Antes de ingresar a por los alimentos, hicimos una oración breve pidiendo al Señor por la salud y bienestar de los padrinos tanto de España como de Perú que generosamente contribuían con ellos en procurarles los alimentos, con los cuales sus hijos tenían un mes o más garantizado de buena comida. Este también era el momento para sacarse alguna fotografía en recuerdo del evento, caracterizado este año por las mascarillas que no dejaban ver el rostro de la cara».
Sobre los cuidados para evitar contagios, el presidente de ARCORES describe el modo, cómo se ha hecho y cómo estuvo organizado el reparto: «A la entrada, Melva, les ponía un spray de agua con alcohol en las manos; luego pisaban una bandeja empapada en lejía. Entregaban la carta tarjeta. Se les daba la constancia de presentación del año 2021 y se les hacía entrega de la bolsa de alimentos, el bidón de aceite y un rico panetón, elaborado por manos de las Madres Clarisas por parte de dos voluntarias colaboradoras, que anotaban el control y entregaban la constancia para el siguiente año. Después de recibir los alimentos salían por la puerta grande del almacén para evitar así todo tipo de aglomeración y guardando el respectivo distanciamiento social».
También cuenta cómo el hacer la tarjeta navideña es algo muy importante para ellos y para sus padrinos de España: «Era bonito ver cómo los niños trabajaban acompañados de su madre al lado que en lo que podía le iba guiando y aconsejando que tenían que decir o poner a su padrino. Lo último que hacían era colorear el dibujo de navidad que habían hecho con sus propias manos. Después de hacer el trabajo se les veía con la cara de contentos y entregar rápidamente la tarjeta para ingresar a por los alimentos».
Del mismo modo, manifiesta que también atienden a los rezagados, que vienen a recoger sus alimentos después de escuchar misa: «El domingo, algunas personas, muy pocas, y porque son catequistas o del apostolado, antes de venir a recibir los alimentos entraban directo a la eucaristía que se celebraba en el templo y luego pasaban a la fila correspondiente».
Hay que resaltar que a pesar de la pandemia el Proyecto Estrella ha cumplido su labor y el calendario que estaba programado para el 2020: «Este año, a pesar de las dificultades y obstáculos que nos ha puesto la pandemia podemos asegurar que nuestro Proyecto Estrella se ha desenvuelto ordenadamente y ha servido, más que otros años, para aliviar el hambre de los niños y familias apadrinados».
No obstante, para evitar aglomeraciones, no se ha podido cumplir con las charlas de salud, higiene y de catequesis que solían dar en años anteriores.